miércoles, 24 de febrero de 2016

Jean Pierre Crousse: “Las huacas no tienen futuro si no les damos valor económico”

Proyecto Harvard en la huaca El Paraíso. Imagen: Devin Dobrovolski-Caro I Chiu.
(Hace clic sobre las imágenes para ampliarlas)
¿Qué hacemos con las huacas? 365 de ellas, declaradas Patrimonio Cultural de la Nación y solo en Lima. No cabe duda que este gran legado es un enorme privilegio y un pesado desafío: solo 11 de esas 365 han sido o están siendo puestas en valor. Entonces, ¿qué futuro les estamos dando?

Normalmente el discurso gira en torno a nociones de identidad, historia, cultura. Pero me pregunto si necesitamos ampliar esa mirada e incorporar otra manera de entender sus posibilidades no solo de sobrevivir, sino de tener sentido para los que vivimos aquí.

Lo que presentamos hoy es la primera parte de una extensa, y quizás necesaria, conversación con el arquitecto Jean Pierre Crousse. Este diálogo, que busca ser parte de un diálogo ciudadano más amplio, también es una importante reflexión sobre el valor arquitectónico de este legado.

El trabajo de Crousse, que forma parte del estudio Barclay-Crousse, se inserta en el cruce entre la arquitectura contemporánea y la inspiración prehispánica. Quizás su obra más representativa de esta vertiente sea el recientemente inaugurado Lugar de la Memoria.

Además, estimulado por una invitación a la universidad de Harvard, pasó un tiempo estudiando las posibilidades de incorporar este rico legado milenario desde su visión de ciudad. Parte de esas conclusiones las presentamos aquí.

Será interesante saber qué piensan los arqueólogos de esta 'intromisión', y sobre la necesidad de mirar más allá de la arqueología y de pensar en la ciudad y sus habitantes.

La próxima semana publicaremos la segunda parte de esta entrevista, dedicada a la progresiva pérdida de valor patrimonial, monumental y estético que venimos viviendo en los últimos años.

Arquitecto Jean Pierre Crousse. Foto: Estudio Barclay-Crousse.
La arquitectura prehispánica es una materia muy débil en la formación de los arquitectos en el Perú…
Sí, aunque depende. El problema está más en la mirada que tenemos hacia ella. Todo nuestro pasado precolombino para mí es arquitectura. Perú es eminentemente arquitectura, y sin embargo ningún peruano lo está viendo así.

Ni los arquitectos
Esa es la gran crítica que les hago a mis colegas. Los que construyeron esas huacas eran colegas nuestros que pensaban y trabajaban como arquitectos, con una tecnología apropiada a nuestro clima y a los recursos existentes, y con una gran sensibilidad.

¿Tienes un ejemplo?
Para mí Puruchuco fue una gran lección de arquitectura. Los que hicieron arquitectura moderna en esa época nunca hicieron mejor que Puruchuco. Y en nuestro trabajo Puruchuco siempre ha sido una gran referencia e inspiración por sus estrategias espaciales…

¿Qué tipo de estrategias?
Por ejemplo la relación de espacio cerrado con espacios abiertos es totalmente distinta en la época precolombina. Mucho más acorde con el clima. Más espacio abierto. No te proteges de la intemperie y la gran lección es qué bien te sientes ahí, te sientes bien en los espacios abiertos porque son íntimos. Pero también tienes esta relación con la geografía… estrategias que son de arquitecto.

Rampa de acceso en el Lugar de la Memoria, Miraflores. Foto: JLizarzaburu.
En el Lugar de la Memoria, que tú y Sandra Barclay diseñaron se siente una inspiración prehispánica
Por supuesto. Totalmente.

Lo primero que ves al llegar son las rampas…
Tiene rampas, canchas, la adecuación en la topografía. Lo que lo hace especial a la arquitectura precolombina es la sabiduría de cómo implantarse en el espacio. Y esa es la gran lección de lo que hemos querido hacer en el LUM. Tienes la Costa Verde con esta sucesión de farallones y quebradas, y nosotros usamos un sitio donde ya se había roto el farallón.

La propuesta de Lima Milenaria ve nuestro territorio con un sentido de continuidad arquitectónica de 4,500 años. Pero, es cierto que los arquitectos no se sienten parte de ese continuum…
Es verdad y es una deformación profesional. En la formación de los arquitectos hoy en día se da mucho énfasis a la arquitectura como objeto. Si nosotros miramos a las huacas como objetos estamos perdidos, porque ya no nos dicen nada. Ha habido una ruptura cultural tan grande que no nos sentimos identificados con ellas, como sucede aún con la arquitectura colonial, por ejemplo.

Totalmente comprensible
Pero si vemos a las huacas en su dimensión territorial y paisajística y de relación, ahí las cosas cambian. Nos pueden decir muchísimo. El problema es que la mayoría de arquitectos están entrenados para valorar el objeto, no la relación.

Sitio arqueológico Puruchuco. Foto: Panoramio.
Y eso estuviste enseñando en Harvard el año pasado...
Me invitaron en parte porque Lima nunca había sido estudiada por [la universidad de] Harvard. Eso dio lugar a una primera pregunta que me hice: ¿qué tiene Lima que no tienen las otras ciudades de Sudamérica? Nada menos que el patrimonio. Y no el colonial, sino el precolonial. Así que la idea del curso fue analizar el conflicto entre crecimiento urbano y patrimonio precolombino.

¿Cuál fue el punto de partida?
Fue una fórmula de partida esquemática: Lima es una ciudad sin espacios públicos, con déficit de áreas verdes, que son unas 5.000 has. Y al sumar el espacio de los recintos arqueológicos, el área es prácticamente la misma. O sea, si imaginamos por un instante convertir las huacas en espacios públicos, colmamos el déficit de áreas no verdes, sino de espacios públicos. Porque, además, en una ciudad levantada en el desierto hablar de áreas verdes es eufemístico.

¿Trabajaron con sitios específicos?
Mis estudiantes eran todos profesionales: arquitectos, paisajistas y urbanistas, que venían de ocho países distintos. Trabajamos sobre tres sitios arqueológicos: El Paraíso, Mateo Salado, y Pachacamac, viendo esta ecuación: qué pasa si volvemos a replantear lo intangible.

¿De qué manera?
‘Intangible’ según la Ley de Patrimonio, significa que no se pueden tocar. Y lo que estudiamos es cómo ese patrimonio puede ser generador de otro tipo de intangibilidad: la de un patrimonio vivo y no solamente la de uno edificado.

¿Se buscaba preservar el paisaje?
Exacto. Y preservando el paisaje preservas el objeto. Porque si solo preservas el objeto pasa lo que está ocurriendo: huacas acorraladas entre muros y pedazos de ciudad, invadidas o destruidas. Propusimos en cambio revitalizar el entorno, los barrios, el paisaje, como antídoto a ese problema.

¿Cómo así?
Mientras no se les de valor económico, las huacas no tienen futuro.

Proyecto Harvard: ciudad prehispánica de Maranga. Imagen: Long Zuo-Mengdan Liu.
Que ahora no lo tienen…
El problema de fondo es que los sitios arqueológicos tienen cero valor económico, mientras que al lado hay un valor que está creciendo exponencialmente: el valor del terreno. En esa lógica lo único que tiene que pasar para que este espacio pase a tener mucho valor y poder lucrar, es que desaparezca la huaca. Por eso en muchos lugares se está destruyendo el patrimonio arqueológico.

A alguna gente no le va a gustar mezclar lo económico con patrimonio
Lo que estos profesionales proponían era ver qué pasa si este valor económico no es privado sino en beneficio de la ciudad. Y transformarlo en espacio público productivo ya es un valor económico, y la gente después lo empieza a defender. Y si hay gente que depende de actividades vinculadas al sitio, más todavía.

¿Cómo ves Lima a futuro en relación con sus huacas? 
Yo creo que la gran oportunidad que tiene Lima en relación con sus huacas es conservarlas, pero haciéndolas parte de la ciudad. No conservarlas como museos, salvo algunas excepciones, por supuesto. Si cambiamos el enfoque del patrimonio como algo exclusivo y lo transformamos en algo inclusivo, se abren muchas puertas. Inclusivo en más modos de los que se dan ahora, con estas iniciativas…

Como cine en tu huaca…
Sí, eso está súper bacán pero no es suficiente. Por ahora, esas iniciativas se sienten como “les damos permiso para hacer esto”.

¿Quieres decir que te imaginas a las huacas sin rejas? 
Sí, como existen en muchas partes del mundo. O con una ampliación de un área de protección pero incluyendo actividades dentro de ella. No separando “adentro” y “afuera” de la huaca. No es fácil de hacer por el tema de la preservación del patrimonio pero no es imposible.

Difícil quitar las rejas
Cuando yo digo quitarle las rejas no quiere decir que súbitamente todo el mundo suba a las huacas y dañen el patrimonio. Quiero decir que hay otras maneras de proteger el patrimonio, haciendo que sea partícipe del imaginario urbano. Si estos lugares los sentimos como de todos, todos vamos ahí a hacer algo, y ese algo es más que un cine, entonces…

¿Andenería contemporánea? LUM, Lugar de la Memoria. Foto: JLizarzaburu.
Aseguras su protección…
Eso. Aseguras su protección. En un espacio público bien utilizado su protector no es el policía, es la gente misma. El control social es una regla básica del urbanismo. Si llegamos a eso, que la protección de los sitios arqueológicos esté basada en la comunidad, habremos ganado.

¿Cómo así?
Yo creo que si se mantiene la dinámica natural que hay entre los sitios arqueológicos, como la conectividad visual entre ellas, y a eso le añadimos una continuidad de uso, entonces si la gente llega a asociar ‘espacio público’ con ‘huaca’, ahí Lima va a cambiar completamente. Y hablo de su imaginario, no solo de su fisonomía.

¿Tienes algo específico en mente?
Una actividad posible es la de los equipamientos locales. En Mateo Salado, por ejemplo, si se instala un mercado con productos que se cosechan localmente, sacas las rejas y pones otro tipo de protección menos excluyente - pero siempre protegido - y tienes el mercado dentro del sitio y se le da una denominación de origen, y comienzas a tener actividades económicas, que se pueden mezclar con actividades culturales, comienzas a tejer una serie de actividades vinculadas a los vecinos que solo se van a dar en las huacas.

Entonces volvemos a un tema común: autoridades con visión
Sí. Con la ley 1198 que rechazó el Congreso esta ley sin precisiones era muy peligrosa. Pero también podía ser muy beneficiosa para el patrimonio. Por eso no bastaba la ley. Hay que tener buenos ejemplos y saber qué quieres hacer con tu patrimonio.

¿Como Pucllana?
Lo de Pucllana es un ejemplo, pero no puedes llenar las huacas de restaurantes. Para buscar estos buenos ejemplos hay que empezar a generar ideas. Eso se puede hacer desde el ministerio de Cultura, ayudando a definir escenarios de lo que puede pasar con esta ley. Es la única manera de evitar que eso sirva para convertir las huacas en Disneylandia, o en pretexto para negocios sin beneficio para la comunidad.

¿Qué nos falta?
Quizás decir que Lima es una ciudad con muchísimas posibilidades. Una de ellas es el patrimonio arqueológico, si es que llega a ser parte del imaginario de todos. Si es como museo, no va a cambiar la ciudad. En Lima cualquier acción que prevea generación de espacio público, o creación de amabilidad hacia la ciudad, ya es un paso adelante. …….

Nota: este viernes 26 los amigos del grupo Salvemos las Huacas organizan un debate sobre el futuro de las huacas en la ciudad. La invitación es para todos.

Afiche del evento organizado por Salvemos las Huacas.
No se pierdan la segunda parte de esta entrevista la próxima semana.  Conversaremos sobre la progresiva pérdida de valor monumental en Lima, la arremetida irrestricta de parte del sector inmobiliario y qué opciones quedan.

Información sobre el evento del grupo Salvemos las Huacas, haga clic aquí.
Link a la página web del estudio Barclay-Crousse.

martes, 16 de febrero de 2016

​PACHACAMAC y su nueva huaca. Las entrevistas...

Una de las terrazas del edificio diseñado por Llosa y Cortegana. Foto: JLizarzaburu.
Tal como se anunció en la nota publicada por Caretas la semana pasada, hoy publicamos las entrevistas que se usaron para armar ese artículo: con la directora del Santuario de Pachacamac, Denise Pozzi-Escot, y con el arquitecto Rodolfo Cortegana, de la firma Llosa-Cortegana, responsables del diseño de este proyecto. También publicamos un álbum de fotos, con algunas imágenes adicionales del lugar.

Directora del Santuario de Pachacamac, Denise Pozzi-Escot. Foto: JLizarzaburu.
Denise, ¿qué significa para ti este nuevo museo?
Nos dice que ahora podemos mostrar al mundo que estamos en condiciones de conservar nuestro patrimonio, y con una galería de nivel internacional. Que todo el trabajo que estamos haciendo en el santuario va a tener un lugar donde guardar todos los hallazgos importantes.

¿Una de tus piezas favoritas?
Sin lugar a dudas mi pieza es el ídolo. Aquí todo lo que hacemos siempre se hace dejándole una ofrenda a Pachacamac. Es como nuestro protector y nosotros estamos haciendo todos los esfuerzos para que esta huaca vuelva a tener la importancia que tuvo.

El ídolo ya se exhibía en el museo anterior. Qué ha cambiado
Está en condiciones distintas porque ahora, por primera vez, ha sido instalado en medio de una serie de ofrendas que hemos hallado en el sitio. Porque los peregrinos llegaban a dejar sus ofrendas.

¿Qué se verá ahora que no se había visto antes?
Lo que los visitantes van a poder apreciar no son piezas individuales como era antes, sino conjuntos de ofrendas. Por ejemplo, en una de las vitrinas más grandes hay 90 vasijas que fueron encontradas todas en una misma ofrenda. Y esta es una ofrenda espectacular que no se encuentra como tal en ningún museo del país.

El histórico ídolo de Pachacamac en su nueva instalación. Foto: JLizarzaburu.
¿Cuánto se ha excavado del sitio a la fecha?
Aproximadamente uno 20%. Hay mucho por hacer todavía.

Después de 100 años de trabajos en Pachacamac, el sitio todavía se ve a medio excavar. Una lectura inmediata es que históricamente los gobiernos no han tratado el sitio a la altura que le corresponde.
Ese es un punto que siempre me enfrenta a mis colegas, porque los arqueólogos también somos responsables. Hubo épocas que los directores del sitio hacían muy poco, tenían poco compromiso o no tenían la energía para hacer las cosas. Nosotros poco a poco hemos demostrado que es importante porque hay resultados. O sea va de los dos lados, porque el Estado puede decir para qué te doy cinco millones si no hay resultados.

¿Qué presupuesto tienes al año?
Nosotros tenemos cerca de 2.5 millones de soles, para todo el santuario.

¿Cuánto debería ser para que los trabajos de puesta en valor cobren fuerza?
Yo creo que con cinco millones podríamos avanzar más en la protección y conservación del sitio.

El museo Penn, en Estados Unidos, tiene 12.000 piezas que llevó Max Uhle. ¿Hay alguna intención ahora de reclamar algo de ese material?
Estoy empezando conversaciones con instituciones que tienen piezas que salieron de Pachacamac, dentro y fuera del país, porque nos gustaría iniciar procesos de intercambio.

Textil hallado en una de las ofrendas. Foto: JLizarzaburu.
¿Cómo te sientes con el hecho que en unos años aquí al frente se va levantar el MUNA (Museo Nacional de Arqueología)? 
En realidad se trata de dos propuestas totalmente diferentes. Este es un museo de sitio donde hay información sobre el sitio. El MUNA está pensando con una visión amplia de todo el país. Además, me gustaría señalar que si el museo de Pachacamac se completó y se abre al público es gracias a que finalmente hubo decisión y voluntad política, y eso es gracias a la ministra Álvarez Calderón.

¿Y qué te dice a ti esta nueva estructura?
Uno de los valores excepcionales de Pachacamac es su continuidad arquitectónica. Y yo creo que este edificio es parte de esa continuidad. La idea central es que el lugar recobre su esplendor, ya no como centro de peregrinación sino como un punto de referencia para nuestra historia e identidad.

¿Pasa a convertirse en huaca entonces?
Pasa a ser otra huaquita dentro de este santuario. Sí. Una huaca del siglo XXI.

Si te proyectas al futuro, ¿qué te gustaría que tus nietos vean aquí?
Que el sitio esté bien conservado, que tengamos mucho más que mostrar y que el visitante pueda tener una lectura más fácil del sitio que hoy. Porque es cierto que hoy es difícil entender esta ciudad sagrada, y a veces no se puede ver todo. Por eso quiero que los arqueólogos sigamos trabajando en la puesta en uso social del santuario.

Sandalias de algodón, talla 42, hallada en una de las ofrendas. Foto: JLizarzaburu.
La dupla de arquitectos Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana, considerados entre los mejores de su generación, han sido los responsables del diseño del edificio. Aquí conversamos con el segundo de ellos.

Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana, arquitectos. Foto: Llosa-Cortegana.
Rodolfo, ustedes ganaron el concurso para este museo hace 10 años
Así es. Exactamente con el mismo diseño.

Y diez años después, ¿la propuesta sigue vigente?
Nosotros somos muy autocríticos y creemos que la pieza se sostiene, porque siempre estuvo relacionada a aspectos que tenían que ver con el santuario, con la arquitectura prehispánica, con el territorio, con el paisaje…

¿Cómo describes el estilo del edificio?
No es un estilo. Es un edificio que responde a circunstancias específicas, además que está más enterrado, tiene menos impacto visual.

Hay una evidente inspiración prehispánica
Total. Hay una relación con esa arquitectura que se ve, por ejemplo, en que el muro articula la arquitectura. Aquí no hay estructuras con palitos, ni pilastras ni otros elementos. Hacemos una arquitectura con muro. Y en Pachacamac el muro define el santuario.

Entrada al museo con alero en ocre. Foto: Juan Solano.
¿Y de qué otras maneras podemos identificar en el museo esta inspiración prehispánica?
Como parte de la investigación leímos mucho, como la posición de María Rostworowski sobre la relación telúrica del lugar con el Cristo de Pachacamilla, y el edificio tiene un quiebre que pasa por el medio. El techo en ese sector hace un diseño de quiebre de territorio pintado en ocre, y desde donde ves el templo del Sol.

A propósito, el museo es muy austero en términos de color
Sí. Es difícil manejar el color, y termina siendo una decisión personal. Además que el territorio lo amerita, que haya una austeridad en general, que es tangible también. El proyecto ha costado menos de 10 millones de soles.

¿Qué materiales han usado? 
Básicamente el concreto armado y el ladrillo prefabricado de concreto.

¿Por qué no se usa el adobe?
Porque es muy difícil. Los ingenieros calculistas no pueden garantizar su resistencia en caso de un sismo. Lo pueden reforzar, pero termina costando demasiado para algo que debe ser modesto.

Uno de los ángulos del nuevo museo. Foto: Juan Solano.
¿Cuál dirías que es un sello distintivo de este museo?
Diría que es la relación con el entorno arqueológico. Tienes el muro, la rampa, la escala, todos elementos prehispánicos pero con una gramática contemporánea.

Hay otros museos de los últimos años que comparten con el tuyo una sensibilidad prehispánica, como la Señora de Cao y el LUM. Parece que hay algo que ha cambiado en esta generación que permite otra mirada 
Creo que es una sensibilización que tú sabes que está pasando desde hace unos años con lo prehispánico, y que ahora es más natural hablar de Lima prehispánica. En el caso de esos ejemplos hay coincidencias en el material. No es que tengamos el mismo estilo, pero debe haber más similitudes. Son puestas en escena totalmente distintas.

¿Lo han construido para la eternidad?
Nunca pensamos en eso cuando diseñamos. Pero es verdad que cuando te dicen que Pachacamac tuvo una serie de edificios a lo largo de los años y que tú vas a levantar uno, ahí, al costado, ¡imagínate!, muy potente.

En 500 años ¿ves el museo ahí todavía?
Pensamos en eso cuando nos dimos cuenta que este va a ser el último edificio que va a habitar el santuario. Me gustaría pensar que en el futuro habrá una mayor consciencia respecto al patrimonio, y si es así ya no habrá una carretera que corte el santuario en dos, como sucede ahora. El museo podría verse como un elemento de una época que no rompe la continuidad con los edificios más antiguos. Y no creo que le vayan a construir nada más, porque su escala es final y ya está establecida.

Nuevo museo de Pachacamac. Parte lateral hacia las oficinas. Foto: JLizarzaburu.
Vea aquí el album de fotos.
Más información sobre la Colección Pachacamac en el Penn Museum, Estados Unidos.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Cómo un distrito gestiona agua para sus áreas verdes usando un canal prehispánico: San Borja

Uno de los pocos sectores del canal Surco que quedan a tajo abierto. San Borja.
Foto: JLizarzaburu (hacer clic sobre las imágenes para ampliarlas).
“San Borja depende absolutamente del canal Surco. Sin sus aguas, el distrito no tendría nada verde”, asegura Elmer Linares, asesor de la municipalidad en temas de gestión ambiental. Exagera un poco pero sabe de lo que habla. 

El canal riega el 66% de las áreas verdes de este distrito, a un costo mucho más barato, más eficiente y más sostenible que las otras fuentes de agua para regadío.

San Borja es un caso tipo de cómo varios distritos de la capital gestionan los recursos hídricos para mantener sus áreas verdes.

Vivimos en el desierto. Aquí no llueve y cada parque es producto de la intervención humana, y a un costo. Por eso los canales de irrigación, en este caso el canal Surco, siguen siendo hoy la mayor fuente de agua para el regadío de esas zonas.

SAN BORJA Y LA CIUDAD

En total, 83 parques de este distrito verde y deportivo son regados con aguas de un canal que se empezó a construir hace unos 2.000 años. En promedio, cada vecino de San Borja tiene 12 m2 de área verde, cifra superior al promedio para Lima Metropolitana, que es de 3.7m2.

San Borja es uno de los cinco distritos con más cantidad de área verde de Lima, que incluye a Miraflores, San Isidro, La Molina. Esta situación no es regalo de la naturaleza. Es consecuencia del trazo original del sistema prehispánico, que los distritos continúan usando.

Los cinco distritos con más áreas verdes de Lima. Imagen: MSB.
Por ejemplo, uno de los sectores más emblemáticos es el que rodea al Pentagonito. Según Linares, hasta 2003 no solo nadie usaba esta zona para sus ejercicios, sino que existía orden de disparar. Estaba prohibido caminar por ahí o usar sus alrededores.

Es en esos años que la autoridad municipal, con una visión diferente del espacio, ofrece hacerse cargo del mantenimiento de sus áreas verdes y, poco a poco, el aspecto y la personalidad del lugar empezaron a cambiar.

CAMBIO DE ENFOQUE TRANSFORMÓ LA ZONA

Se construyeron parques, se instalaron máquinas para hacer deportes y se crearon circuitos. Pero también se cerraron canales. “Al recuperar espacio se enterró el canal, frente a la puerta principal del Pentagonito”, señala Linares, reconociendo que la actitud de las autoridades no los tenía en cuenta porque se veían como "algo sucio y peligroso".

La Comisión de Regantes Surco, el ente oficial que rige el manejo de los canales Surco y Huatica, asegura que el 90% de las áreas verdes de Lima centro son regadas con aguas de este sistema de irrigación. San Borja es un caso típico de cómo un distrito se beneficia de acceso a un recurso escaso, que sin embargo es barato y sostenible.

Elmer Linares, ingeniero agrónomo, asesor de la municipalidad de San Borja
en temas medio ambientales. Foto: JLizarzaburu.
Para ponerlo en números: el 13.4% de la superficie del distrito son áreas verdes. De este porcentaje, los parques públicos representan el 48%.

El distrito gasta anualmente S/. 6´391.000 en regar 1´351.000m2 de áreas verdes. Estos gastos incluyen los costos de operarios, supervisores, herramientas, combustible, mantenimiento, además del costo del agua.

Como se ve en el siguiente cuadro, las aguas del Canal Surco riegan el 66% de las áreas verdes y su costo representa el 15% del presupuesto anual que tiene la municipalidad para este fin. El agua de cisternas proviene de pozos, y toma el mayor porcentaje de ese presupuesto, 57%. Sedapal solo riega el 9% de zonas verdes, pero representa el 28% y su costo por m2 es mucho mayor que los otros dos.
Fuente: cuadro generado a partir de información oficial de la municipalidad de San Borja. En lo referido al Canal Surco
el costo del agua, dentro de los S/.959.000, es de tan solo S/.200.000.
Según el asesor municipal, sin el beneficio que reciben del canal Surco sus costos de agua para regadío estarían por encima de los 10 millones de soles. En el caso de Sedapal, el agua no solo es cara. Es agua potable, que las autoridades quieren dejar de usar para este fin.

La presión por el verde es grande. Los vecinos quieren parques, bermas, esquinas con plantas. Y el costo de eso es alto. Nadie debería estar usando agua potable para esos fines, razón por la cual hay un creciente interés en un manejo más sostenible del recurso.

En el caso de San Borja la visión ha ido cambiando en los últimos 10 años. “Por su costo bajo se requiere repotenciar el uso de las aguas del canal Surco”, asegura Linares. La visión de este distrito ahora es recuperarlos como espacio dinamizador y potenciarlo como espacio público, y abrir aquellos que fueron cerrados.

Quién diría que el futuro medioambiental de Lima, una de las ciudades más vulnerables al cambio climático y con uno de los mayores niveles de estrés hídrico, depende ahora más que nunca de cómo gestionemos estos canales de irrigación, herencia milenaria de los antiguos limeños.

Sector alrededor del Pentagonito, donde hace solo 10 años estaba prohibida la
presencia de personas bajo órdenes de disparar.  Hoy es un centro deportivo al
aire libre, que se beneficia de las aguas del canal Surco. Foto: JLizarzaburu.

miércoles, 3 de febrero de 2016

¿Cuántos parques de Lima riega el canal prehispánico Surco?

Plaza de Armas de Surco Viejo, una de las áreas verdes beneficiadas por el canal Surco.
Foto: porlascallesdelima.com (hacer clic sobre las imágenes para ampliarlas)
Hoy los empezamos a contar. Son cientos de parques en 17 distritos que se benefician con las aguas de los canales Surco y Huatica - canales que empezaron a construirse hace unos 2.000 años - y que siguen trabajando para la ciudad.

Según la Comisión de Regantes Surco, esos canales riegan el 90% de las áreas verdes de Lima. Hasta hace un par de años era el 80% pero las municipalidades, principales usuarios del canal, han venido ampliando sus espacios verdes. Esto implica más necesidades de agua.

Pero ¿cuántos parques y bermas centrales son? Revisando un documento de la Comisión, el órgano oficial encargado de la gestión de las aguas, aparecieron estos datos. Hoy empezamos con el distrito con más cantidad de parques: Surco - 226.

¡Son 226 parques en un solo distrito! Parece una cifra extraordinaria, más aun si tenemos en cuenta que Lima es una ciudad levantada en el desierto.

En las próximas semanas iré presentando listas de otros distritos. Adicionalmente, después de la lista, incluyo el comentario de la arquitecta alemana, Kathrin Golda-Pongratz, sobre el valor de estos canales.

Vista aérea del Parque de la Amistad. Foto: Skyscraper.
Algunos de los principales parques de Surco, su ubicación y área:

- Óvalo                                       Avs. Panamericana Sur y Javier Prado Este     4,8 has.
- Parque S/N                              Centro de Instrucción Aeronáutica                     3,6
- Parque de la Amistad                Avs. Caminos del Inca y Nazarenas                 3,25
- Parque Los Jazmines               Calles G y Don Aurelio                                     3,1
- Parque La Alborada                  Calle del Zodíaco y Alameda del Sereno            2,88
- María Parado de Bellido            Av. Angamos Este y Alameda de la Floresta     1,9
- Virgen María de Mercedes        Calles Don Aurelio y E                                     1,65
- Parque Percy Philips                Calles Zaragoza y Alcalá                                 1,42
- Parque N°1                              Calle 5 y Calle 7 (Urb. Pérez de Cuellar)            1,2
- Parque Cmdte. L.Alvarado        Av. A.Franco y Ca. F.Castrat                           1,03
- Plaza de Armas - Surco Viejo   Calles Sáenz Peña y Gálvez                             0,5 has.

Parque Martinelli, Surco.  Foto: porlascallesdelima.com.
Algunas de las bermas en Surco:

- Av. Circunvalación                          entre Prolg. Paseo Rep y Angamos Este          9 has.
- Av. Tomás Marsano                        entre Av. Circunvalación y Aviación                5,41
- Av. Panamericana Sur                    entre El Derby y Javier Prado Este                  4,75
- Avs. R. Vivanco y Velasco Astete   entre Tomás Marsano y Angamos Este            2,8
- Av. Javier Prado Este                     entre Panamericana Sur y Golf Los Incas         2,4
- Paseo La Castellana                       entre La Carabela y Óvalo Higuereta                2,01
- Av. Benavides                                entre Aviación y Cristóbal de Peralta Sur         1,3 has.

Total parques + bermas en Surco: 170 hectáreas.

Solo una muestra de los 226 parques e innumerables bermas centrales del distrito de Surco. Todos regados con aguas que trae un canal de origen prehispánico, y cuyo futuro medioambiental depende de un manejo adecuado del recurso.

Arquitecta y urbanista alemana, Kathrin Golda-Pongratz.
COMENTARIO
KATHRIN GOLDA-PONGRATZ, arquitecta alemana, profesora de Urbanismo Internacional en la Universidad de Frankfurt, y docente en las universidades Ramon Llull y UIC en Barcelona. Escribió su tesis doctoral sobre el Centro Histórico de Lima.

¿Cuál es la importancia del sistema de canales de irrigación en Lima?
Una primera importancia de los canales de irrigación y los caminos prehispánicos es que constituyen el origen de la vida urbana en el territorio de Lima.

Los conquistadores españoles encontraron un sistema vital, una especie de sistema de arterias, sobre él que se formó el cuerpo de la ciudad y del que dependía su abastecimiento.

Sabemos además que la trama española de Lima se adaptó notablemente a este sistema. Lugares como Mesa Redonda y Cinco Esquinas en Barrios Altos mantienen su forma urbana por su preexistencia prehispánica.

Acceso al canal Huatica que apareció después del incendio de Mesa Redonda.
Foto: Kathrin Golda-Pongratz.
El sistema se ha ido sobreponiendo y remplazando por otros sistemas, por otras infraestructuras. La ciudad ha ido creciendo sin conservar la memoria de estas estructuras y así ha ido perdiendo un importante vínculo para poder ir desarrollando y rescatando una identidad territorial.

Ahí yace una segunda importancia de los canales, aun existentes pero olvidados: rescatarlos como capas de memoria, o incluso como infraestructuras, puede servir para el futuro diseño o el replanteamiento de los lugares donde se encuentran y formular nuevos espacios públicos capaces de recuperar una relación con el territorio.

Es más, podrían incluso volver a servir como sistema de irrigación y distribución de agua así replantear un urbanismo de paisajismo relacionado al agua diferente y más sostenible.
Sector de Mesa Redonda, Cercado de Lima, donde se halló evidencia del canal Huatica.
Foto: Kathrin Golda-Pongratz.
¿Es necesario declararlos Patrimonio Cultural de la Nación? 
No sé si es necesario, sabiendo que la declaración de Patrimonio Cultural de la Nación de por sí a veces no sirve de nada.

Tan solo hay que recordar que en Mesa Redonda: después del terrible incendio en 2001 el río Huatica quedó al descubierto, el INC colocó una placa que lo declaró Patrimonio Cultural de la Nación y lo cercó con una reja (ver: Golda-Pongratz 2011).

Sin embargo, al poco tiempo todo ha vuelto a ser sobreconstruido por galerías informales.

La idea de proyectar un parque de la memoria, que podría haber sido un ejemplo único de integrar la memoria de la Lima prehispánica con la memoria contemporánea a las víctimas del incendio (Golda-Pongratz 2014; Lizarzaburu 2013), quedó truncada.

En un taller urbano llevado a cabo con estudiantes del posgrado de la Universidad Nacional de Ingeniería en 2013, pudimos comprobar que la Dirección Municipal de Desarrollo Urbano simplemente cerró los ojos al caso. Una consulta de la población nunca se hizo, y el olvido y el negocio inmediato ganaron.

Destrucción de la evidencia y la memoria.  Un nuevo edificio, informal, se levantó sobre
un sector del canal que había sido declarado Patrimonio de la Nación. Foto: KGP.
Dicho esto, pienso que sí es un importante paso plantear que los canales de irrigación puedan ser Patrimonio Cultural de la Nación, simplemente para que algo como en Mesa Redonda no se repita.

Es también una posibilidad de buscar aliados y alianzas, en el contexto latinoamericano pero también global. Es de suma importancia replantear la ciudad en su conjunto, dejar de verla solo en fragmentos y actuar puntualmente, sin tener en cuenta el todo y su relación con el territorio.

El rescate del sistema de canales (y tal vez también de los caminos prehispánicos) y su planteamiento como paisaje cultural urbano podrá ser un paso fundamental de diseñar un urbanismo más sostenible para Lima.

Podrá además ser un motor de incluir a toda su población en un plan de educación y de acción que haga la ciudad un territorio de identificación y así fomentar su respeto.

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Referencias: 
- Golda-Pongratz, Kathrin (2011): Cicatrices (Pos)coloniales, palimpsestos milenarios. En: http://limamilenaria.blogspot.com.es/2011/07/cicatrices-pos-coloniales-palimpsestos.html 
- Golda-Pongratz, Kathrin (2014): Memoria urbana - Palimpsestos, huellas y trazados en Lima Metropolitana. En: EST. Espacio, Sociedad y Territorio, Vol. 1. No. 1. Marzal, Virginia (Ed.), Lima, pp. 9-22. 
- Lizarzaburu, Javier (2013): Memoria urbana para crear mejores espacios públicos. En: El Comercio, 31.3.2013, p. a10.
Áreas verdes del distrito de Surco. 226 parques regados por aguas del canal Surco. Foto: google.